Introducción.
Enterobius vermicularis es un nematodo cuyo único hospedero natural es el humano. Su distribución es cosmopolita, tanto en zonas templadas como en los trópicos, y se presenta en todos los niveles socioeconómicos, aunque prevalece en condiciones de hacinamiento y falta de higiene. Se observa el mayor número de casos en niños de <1 – 9 años de edad, y a nivel institucional: internados, orfanatos, cuarteles, guarderias, hospitales psiquiátricos. Debe considerarse como una patología que abarca a todo el núcleo familiar.
Morfología.
Enterobius vermicularis es un gusano blanquecino, delgado, con extremo posterior afilado, curvado en el macho y recto en la hembra. En el extremo anterior presenta 2 ornamentaciones llamadas alulas. La boca tiene 3 labios y se aprecia un gran bulbo esofágico. La hembra mide alrededor de 1 cm y el macho 0.5 cm.
Los huevos, ovales, tienen una cubierta delgada. Una de sus caras es aplanada y la otra convexa. Son muy ligeros y miden 45 – 60 µm de longitud. Los huevos recién depositados por las hembras no se encuentran embrionados.

E. vermicularis. Adulto hembra y macho. Se identifica fácilmente el extremo posterior enroscado del macho. Chiang Mai University, Thailand

E. vermicularis. Adulto hembra y macho. Se identifica fácilmente el extremo posterior enroscado del macho. Chiang Mai University, Thailand

Porción anterior de E. vermicularis. Se aprecian las alulas. CDC.

Enterobius vermicularis. Huevo no embrionado. M. en C. Rosa María Sánchez M. Depto Parasitología, ENCB-IPN
Ciclo biológico
La forma infectiva es el huevo embrionado, que se adquiere habitualmente por contaminación fecal – oral, a través de fomites (juguetes, ropa de cama, otros objetos) y manos, o por inhalación. La autoinfección ocurre debido al rascado de la zona perianal, y la transferencia de huevos infectantes a la boca. Los parásitos adultos se encuentran en íleon terminal, ciego, apéndice e inicio del colon ascendente transcurridas dos semanas a la infección, sin invadir tejidos en condiciones normales. Los machos son eliminados con la materia fecal después de la cópula y las hembras migran hacia el recto, descienden a la región perianal donde depositan un promedio de 11 000 huevos, los cuales quedan adheridos en esa zona y contienen larvas completamente desarrolladas pocas horas más tarde. Son diseminados al perderse el material adherente y conservan su infectividad por un período de hasta 3 semanas. Las reinfecciones y autoinfecciones son frecuentes.


Enterobius vermicularis. Huevo embrionado. Forma infectiva. Dr. Benjamín Nogueda T, Depto. de Parasitología, ENCB-IPN.
Espectro clínico.
Los signos y síntomas reportados con mayor frecuencia son prurito perianal (síntoma principal), vulvar (niñas), nasal, irritabilidad, bruxismo y trastornos del sueño. Es frecuente observar excoriaciones en periné y vulva ocasionadas por el rascado, infección bacteriana secundaria, granulomas perianales. En varios estudios se encuentra controversia en cuanto a la relación entre E. vermicularis, rinitis alérgica y dermatitis atópica. (Wördemann M. 2008).
Son poco frecuentes las migraciones de las hembras adultas hacia genitales femeninos; las complicaciones asociadas son vulvovaginitis, salpingitis, peritonitis o encapsulamiento de parásitos en mesenterio. También existen reportes aislados de hallazgo de parásitos en parénquima hepático, nódulos pulmonares, bazo, ganglios linfáticos, próstata, riñones. La infección ocular, muy probablemente causada por una infección intestinal previa y contaminación, se ha reportado de manera extraordinaria. (Bababy et al., 2011). También es importante descartar la presencia de los parásitos en pacientes, principalmente niñas, con infecciones urinarias. (Patel et al., 2015).
La apendicitis es considerada por algunos autores como un hecho coincidente. Habitualmente, la presencia de E. vermicularis en apéndice da lugar a un proceso inflamatorio mínimo o nulo. Sin embargo, también existen reportes de infiltrados de eosinófilos y neutrófilos, granulomas in situ y zonas de necrosis asociadas a parásitos en degeneración. Puede resultar difícil distinguir entre una infección primaria por este parásito y una apendicitis aguda de otra etiología (Lamps LW. 2008; Fallah E. 2011; Lala & Upadhyay. 2016).

E. vermicularis. Corte apéndice.Tinción HE. P. Darben. Queensland University of Technology, Australia
Diagnóstico.
El diagnóstico se basa en la recuperación e identificación de los parásitos adultos y huevos.
El hallazgo accidental de los parásitos en pliegues perianales y zona interna de los muslos es reportado por los padres en algunos casos.
